No creo en Dios, ni en ningún tipo de divinidad. Tampoco creo que en la palabra de los políticos. Bueno, a día de hoy no creo en la palabra de ninguna persona que no sea mi madre.
En lo único que creo y he creído siempre, sin necesidad de que nadie me haya impuesto sus ideas y credenciales, es en el destino.
Realmente creo que todos y cada uno de nosotros existimos por algo. Creo que todos estamos destinados a vivir, experimentar, sentir, sufrir y decidir de una u otra manera, y que tenemos un papel determinado para desempeñar en la vida.
No creo que sea nada descabellado. Es una forma bastante aceptable de ver la vida, no hace daño a nadie.
Unos creen en espíritus incapaces de pasar al otro lado por dejar hechas cosas pendientes; otros creen en Dios, algo que me saca de quicio; y otros como Albert Espinosa creen en lo mismo que yo, o al menos esa impresión me ha dado después de leer "Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven".
El inicio es capturador. El desarrollo tiene ese "otro capítulo más y ya paro, sólo para quitarme la curiosidad", y cuando te quieres dar cuenta ya has leído la mitad del libro. Y el desenlace es fascinante. Toda la novela es fascinante de principio a fin. Mágica, increíble pero no imposible, y una prueba de lo mucho que pueden cambiar las cosas dependiendo de qué personas se crucen inesperadamente por tu vida, de que todo sucede por algo. Cosas del destino...
Hace bastante tiempo que le tenía ganas a este libro. Bueno, en realidad le tenía ganas a cualquier libro de este escritor. En mi lista de novelas que leer sólo figura su nombre, no el título. Así que con el buen sabor de boca que me ha dejado esta maravilla esperanzadora creo que le daré otra oportunidad a otro libro de Albert.
"Es difícil gozar con un te quiero propio".
"Hay veces que una pareja arrastra tanto que ni el amor es suficiente".
"Lo mejor de recordar es que puedes regresar cuando lo deseas, nadie te puede robar o impedir eso. Quizá lo que más me impacta es que, siempre que vuelves, el recuerdo es diferente. Y si el recuerdo es diferente, uno lo acaba siendo también, porque ahí están tus raíces y si tus raíces cambian, también cambiará tu tronco...".
"Sé que es difícil de creer que yo sepa cuál fue el día exacto que me quiso hasta el nivel más alto. Pero os juro que cuando se acaba una relación, puedes llegar a saber cuál fue ese día. Lo notas... Lo presientes...".
"La intensidad no la marca el tiempo, sino la emoción que reside dentro de uno".
.Estelle.